Héroes sin capa.
A día de hoy sigo sin entenderlo, por mucho que me pare a reflexionar no comprendo por qué la vida fue tan injusta como para arrebatarle a mi madre y mi tía su padre con tan sólo trece y diez años, para diez años mas tarde y justo dos meses antes de la boda de mis padres perder a mi abuela. Sinceramente no llego a entenderlo, cómo tampoco me imagino el dolor y vacío que sienten, seguro que no es ni la mitad de lo que siento yo por no haberlos conocido. A mis primos mi hermana y a mi nos privaron del lujo de conocer a dos grandes personas y con ellos nos privaron de saber más de nuestra historia y nuestra familia. De ellos sólo tengo algunas pertenencias y fotos, pero eso no lo quiero porque lo que realmente quiero es que cada vez que no le hago caso a mi madre o me comporto como no debo poder tener a una abuela que me de un tortazo si hace falta o simplemente que me enseñara a cocer tan bien como ella, y mi abuelo seguramente me hubiese enseñado a conducir. Estos son sólo pequeños ejemplos de los lujos que hace muchos años se me arrebataron. No los conocí y en mi interior, muy en el fondo siempre he tenido un gran vacío que se que nadie podrá ocupar, al igual que el que dejó mi abuelo paterno al cuál si pude conocer. Para mí el día de los abuelos son todos los días del año, porque no hay ni un sólo día en el que no piense en ellos, en mis tres ángeles del cielo y en la única que me queda. Nada es igual desde que se fueron, y lo se porque mi madre y mi tía no son las mismas, esas dos perdidas las marcaron de por vida y dejaron heridas que nunca se sicatrizarán, un vacío que nadie podrá llenar. Siempre seréis mis héroes sin capa que con una sonrisa salvan vidas, porque eso fue lo que hicisteis estando en vida.
jueves, 30 de junio de 2016
Soy esa.
Soy esa que espera a que te canses de ella y vengas conmigo, soy esa que ve como le juras amor eterno mientras a mi me demuestras a escondidas todo lo contrario. Soy esa que cada día se despierta con tus buenos días cariño y sigue creyendo que algún día la dejarás. Soy esa que ve como vuelves con ella después de estar entre mis piernas. Soy esa que te sirve de distracción, y al mismo tiempo soy con la que no puedes salir a la calle cojido de la mano, esa que no le presentarás a tu familia en la cena de navidad, esa que no le gusta a tu madre, esa de la que reniegas en público pero que a escondidas te entregas en cuerpo y alma. Pero ya no más, ahora soy esa que no te contesta a tus mensajes ni llamadas a las tres de la mañana, esa que se niega a quedar contigo después de que estuvieses con ella. Mírame bien, soy esa que se hartó de esperar a que tuvieses los cojones de admitir que ella para ti es solo estabilidad, mientras yo era todo lo que querías. Pues bien, ahora soy lo que nunca tendrás por ser un cobarde.
Soy esa que espera a que te canses de ella y vengas conmigo, soy esa que ve como le juras amor eterno mientras a mi me demuestras a escondidas todo lo contrario. Soy esa que cada día se despierta con tus buenos días cariño y sigue creyendo que algún día la dejarás. Soy esa que ve como vuelves con ella después de estar entre mis piernas. Soy esa que te sirve de distracción, y al mismo tiempo soy con la que no puedes salir a la calle cojido de la mano, esa que no le presentarás a tu familia en la cena de navidad, esa que no le gusta a tu madre, esa de la que reniegas en público pero que a escondidas te entregas en cuerpo y alma. Pero ya no más, ahora soy esa que no te contesta a tus mensajes ni llamadas a las tres de la mañana, esa que se niega a quedar contigo después de que estuvieses con ella. Mírame bien, soy esa que se hartó de esperar a que tuvieses los cojones de admitir que ella para ti es solo estabilidad, mientras yo era todo lo que querías. Pues bien, ahora soy lo que nunca tendrás por ser un cobarde.
miércoles, 29 de junio de 2016
Siempre me he culpado a mi misma de lo que no pudo ser, como si no fuera lo suficientemente buena como para ser amada. Y es que siempre creí que tu eras Zeus: ese dios del Olimpo que bajaba al mundo terrenal en busca de princesas a las que conquistar; mientras yo: tu Hera, me quedaba callada siendo testigo de todas tus conquistas. Y no, tu no fuiste el culpable cariño, lo fui yo, porque siempre fui difícil de amar. Soy de esas mujeres tercas e inseguras que un dios griego como tú no quiere poseer. Siempre me hice la dura ante todos, solo durante la noche me permitía sollozar hasta el amanecer. Y un buen día me harté de ser la otra, y por eso me fui: te alejé de mi sin decirte adiós, simplemente puse kilómetros de distancia creyendo que sería lo mejor. Y ahora me pregunto:¿después de ti que hay? Después de ser la esposa del rey padre y ahora desterrada, solo me queda la dulce soledad. Conocerme a mi misma y volver a ser lo que un día fui, volver a ver salir el sol, volver a ser feliz conmigo misma y no por un dios. Porque la soledad es buena, en ella nos mostramos tal y como somos sin pensar en agradar a nadie. Por eso hoy dejo atrás la vida del que por un tiempo fue también mi reino y miro al futuro sin ti.
Suscribirse a:
Comentarios (Atom)